jueves, 26 de noviembre de 2015

Lesiones Cervicales más comunes

LESIONES CERVICALES MÁS COMUNES 

Pólipos: Los pólipos a los que nos referiremos son los pólipos endometriales. Los pólipos endometriales son proyecciones formadas por estroma fibroso recubierto de epitelio y glándulas endometriales. En su mayoría, este tipo de tumoraciones es de tipo benigno, cuya anormalidad básica es la hiperplasia (Es un aumento anormal en el tamaño de de un tejido, esto debido a un incremento celular). Sin embargo el 1 o 2% de pólipos endometriales sufren o se transforman hacia un proceso de malignidad. Este tipo de lesión es poco común en pacientes jóvenes menores de 20 años, el riesgo de desarrollarlo va aumentando con la edad y es más común en pacientes postmenopaúsicas. 
El síntoma característico de este tipo de lesión es el sangrado vaginal anormal. 
En cuanto a su etiologia, cabe destacar que no se han establecido al 100% las causas de esta lesión, sin embargo se han propuestos algunas teorías que tratan de agrupar o asociar los factores o predisponentes para el desarrollo de pólipos endometriales. El primer factor que se asocia es el de carácter hormonal. Se han encontrado relaciones entre los receptores de estrógenos y progesterona así como de los niveles de aromatasa aumentados en pacientes postmenopaúsicas. 
El segundo factor es el de origen inflamatorio y proliferativo. En primer lugar, se ha estudiado que la presencia de mastocitos tiene relación con el desarrollo de pólipos en otras regiones anatómicas, sin embargo hay que mencionar que también esta asociado con este tipo de lesión endometrial sobre todo por que el mastocito secreta una triptasa que se encarga de aumentar la permeabilidad vascular y ayudar en la adhesión de leucocitos a la pared endotelial lo que explica como el mastocito actua en la reparación epitelial. Entre otros factores estan los de origen geneticos como mas relavantes aunque la unica conclusión a la que han llegado asociada a los polipos al igual que a otras tumoraciones benignas es encontrar un denominador comun a nivel molecular. 
El tratamiento de este tipo de lesión es quirurgico ya sea por torsión o mediante la electrocuagulación y es importante el estudio histológico posteriormente. 


Quistes: En el caso de una endometriosis, que es la salida de los elementos endometriales fuera del útero, la lesión más grande es el quiste de chocolate o endometrioma. Este tipo de lesión  varía desde unos cuantos milímetros hasta 20 cm o más de diámetro. Está constituida por una delgada pared que, a causa de la naturaleza del proceso endometriósico y llega a formar adherencias con el ligamento ancho, el útero o inclusive los intestinos.
En la endometriosis a la colposcopia es en donde se observan este tipo de lesiones. de pequeño a gran tamaño de color rojizo o púrpura  y de tamaño variable. La punción de un quiste provoca la salida de un líquido de color chocolate característico. 
Quistes de Naboth: De coloración blanquecina y tamaño pequeño, también llamado huevo. Es caracteristico por que su interior esta ocupado por moco y se localiza en la superficie del cérvix. El origen de este tipo de lesión es por el taponamiento de las glandulas productoras de moco presentes en cervix. 

 Quistes mesonéfricos: Aunque rara vez pueden aparecer lesiones benignas en el cuello a partir de los restos del conducto de Wolf; se trata de quistes que surgen entre la cara anterior y la línea media del ectocérvix, y llegan a ser tan pequeños que recuerdan a los quistes de Naboth, pero alejados del orificio cervical externo; 
La endometriosis cervical usualmente es asintomática, sin embargo puede cursar con sangrado premenstrual, sangrado postcoital y de dismenorrea. 
Otro tipo de lesión son las ulceras, comunes en este padecimiento. Las ulceras son complicaciones y con esto la rotura de la formación quística. Aparece como un área eritematosa sin cambios inflamatorios asociados; puede sangrar, especialmente durante la mestruación. 

Ectropión: El ectropión o ectopia se define como la eversión del epitelio cilíndrico endocervical hacia el exocérvix. Se presenta como una zona rojiza grande en el exocérvix que rodea el orificio externo.  La eversión del epitelio cilíndrico es más pronunciada en los bordes anterior y posterior del exocérvix y menos en los laterales. Es un proceso normal, fisiológico, en la vida de una mujer. A veces, el epitelio cilíndrico se extiende hacia el fondo de saco vaginal. En el ectropión se desplaza toda la mucosa, con inclusión de las criptas y el estroma subyacente. En esta zona se produce la transformación fisiológica a metaplasia escamosa, así como la transformación anormal en el cáncer cervicouterino. 

Desgarros: Los mas frecuentes son los de origen obstétrico, Lo habitual es que se diagnostiquen y reparen durante el parto. Su tamaño usualmente va a ser pequeña y no producen ningún tipo de trastorno, pero en ocasiones son tan grandes que pueden provocar hemorragia intensa. También pueden ser consecuencia de la dilatación del cuello para realizar un legrado o una histeroscopia. Las secuelas de los desgarros pueden ser la insuficiencia cervical y la infección.
El tratamiento de este tipo de lesión en la cual se haya complicado y haya evolucionado a una insuficiencia cervical será el cerclaje. 
Ulceraciones:  Se van a producir generalmente en las mujeres con prolapso grave. Menos frecuente el roce del exocérvix con algun tipo de producto o cualquier otro material lesiona su epitelio, que desaparece dejando al descubierto una superficie más o menos extensa de tejido conjuntivo que sangra al contacto. Estas lesiones suelen infectarse, recubriéndose de finas capas de color negruzco y otras veces con zonas amarillentas. El tratamiento, además de tratar la infección, consiste en la corrección del prolapso y la extirpación del cuello, o bien la histerectomía vaginal, que en estos casos suele ser más sencilla.

Miomas: Los miomas o leiomiomas uterinos son neoplasias benignas que derivan del músculo liso uterino. Van a estar constituidos por fibra muscular lisa con un estroma conjuntivo. Se localizan en el cuerpo uterino, y más raramente en el cuello, donde lo hacen aproximadamente un 10% En este último caso pueden asentar en el ectocervix,
 los miomas del cuello se clasifican según su crecimiento en: intraligamentarios, subvesicales, rectovaginales, de desarrollo intravaginal con base sesil o pediculado en el exocervix, y polipoide con base de implantación en el canal cervical. 

BIBLIOGRAFÍA
Vivas, CA. Ríos, JJ. Romero HA.. (2012). Pólipos endometriales, fisiopatología y factores de riesgo. 25/11/1015, de REV CES MED 26(2):175-184 Sitio web: http://www.scielo.org.co/pdf/cesm/v26n2/v26n2a04

Gómez, J.. (2007). Patología benigna y lesiones premalignas del cérvix.. 25/11/2015, de Servicio de Obstetricia y Ginecología Hospital Universitario Virgen de las Nieves Granada Sitio web: http://www.hvn.es/servicios_asistenciales/ginecologia_y_obstetricia/ficheros/cr07.patologia_benigna_cervix.pdf

Hyde, J.. (2013). Endometriosis. Algunos aspectos poco frecuentes. 25/11/2015, de Ginecol Obstet Mex 2013;81:291-295 Sitio web: http://www.medigraphic.com/pdfs/ginobsmex/gom-2013/gom135j.pdf




jueves, 5 de noviembre de 2015

Cáncer cervicouterino.



Cáncer Cervicouterino

El cáncer cervicouterino (CaCu) es un problema de salud pública, constituye la enfermedad neoplásica más frecuente y mortal en la población femenina, siendo la primera causa de muerte por neoplasias malignas en el grupo de 25 a 64 años

FACTORES DE RIESGO PARA CÁNCER DE CUELLO UTERINO


  • Infección por VPH 

El VPH es el principal factor de riesgo asociado con cáncer de cuello uterino y sus precursores. En la actualidad es considerado como virtualmente necesario pero no suficiente como agente causal
El virus produce una infección selectiva del epitelio de la piel y de la mucosa genital. Estas infecciones pueden ser asintomáticas o estar asociadas con una variedad de neoplasias benignas y malignas
Hasta hace algunos años había muy pocos estudios de prevalencia y, menos aún, de la incidencia de esta infección en poblaciones definidas. La infección con VPH se asociaba principalmente con verrugas vulgares y plantares, de frecuente aparición en adultos jóvenes y niños. En adultos se observaba en lesiones anogenitales por el condiloma acuminado, una de las infecciones más comunes de transmisión sexual.  La infección por VPH en el cuello uterino puede producir anormalidades en las células escamosas que son detectadas más frecuentemente por la prueba de tamizaje de Papanicolaou, como coilocitos, aunque pueden recuperarse por técnicas de biología molecular en biopsias, muestras de citología, cepillado vulvar y hasta orina. La mayoría de las infecciones genitales por VPH son transmitidas por contacto sexual directo sin que haya evidencia de lesiones. El hombre cursa como portador asintomático.


  • Características de la conducta sexual 
  1. Número de compañeros sexuales. Existe una relación directamente proporcional entre el riesgo de lesión intraepitelial y el número de parejas sexuales. Esta exposición se ha relacionado básicamente con la probabilidad de exposición al VPH
  2. Edad del primer coito. El inicio temprano de las relaciones implica la aparición de múltiples compañeros sexuales, con el consiguiente riesgo dado por estas. Se ha demostrado también que en la adolescencia los tejidos cervicouterinos son más susceptibles a la acción de los carcinógenos, y de hecho, si existe un agente infeccioso relacionado, el tiempo de exposición a este será mucho mayor. El riesgo de lesión intraepitelial cuando el primer coito se tiene a los 17 años o menos es 2,4 veces mayor que cuando este se tiene a los 21 años
  3. Características del compañero sexual. Cada vez hay más datos que sugieren que una mujer puede correr mayor riesgo debido a las características de su compañero sexual, aunque no satisfaga las condiciones de relaciones sexuales precoces y múltiples compañeros; de hecho, la historia sexual de su compañero podría ser tan importante como la propia
  4. Enfermedades de transmisión sexual. Se ha demostrado la asociación de cáncer de cuello uterino con enfermedades de transmisión sexual tipo sífilis o blenorragia, así como historia de infección a repetición del aparato genital; sin embargo, no se ha demostrado relación con antecedentes de infección por Chlamydia trachomatis o herpes simplex.2


  • Factores relacionados con la reproducción
  1. Paridad Se ha establecido que mujeres con dos o más hijos tienen un riesgo 80% mayor respecto de las nulíparas de presentar lesión intraepitelial; luego de cuatro hijos dicho riesgo se triplica, después de siete se cuadruplica y con doce aumenta en cinco veces.
  2. Edad del primer parto. Bosch demostró cómo la presencia de uno o más partos antes de los 22 años cuadruplica el riesgo de neoplasia del cuello uterino
  3. Partos vaginales. Las mujeres con uno o más partos vaginales tienen un riesgo 70% mayor de lesión intraepitelial, comparadas con aquellas que sólo tuvieron partos por cesárea. La razón para esta asociación es el traumatismo repetido del cuello en el momento del parto. 
  4. Tabaquismo. Existe una relación directa entre el riesgo de lesiones preinvasoras y la duración e intensidad del hábito. En promedio se considera que las fumadoras tienen doble riesgo de lesión intraepitelial con respecto de las no fumadoras. Experimentalmente se ha demostrado la presencia de nicotina, cotinina y otros mutágenos derivados del tabaco, en mujeres fumadoras con lesión intraepitelial. Además, es bien conocido el daño molecular del ADN del tejido cervicouterino en mujeres que fuman. Como si fuera poco, se postula que el tabaco induce un efecto inmunosupresor local. 
  •  Uso prolongado de anticonceptivos orales. La región larga de control, LCR por las siglas en inglés, en el genoma viral, contiene elementos de respuesta a glucocorticoides, inducibles por hormonas esteroidales como la progesterona (componente activo de los anticonceptivos orales) y la dexametasona. Estudios han reportado el uso de anticonceptivos orales y la alta positividad al DNA viral



El genoma del VPH consiste de una molécula de DNA circular de doble cadena, aproximadamente de 8 Kb. Se divide en tres regiones: la región larga de control, LCR, que no contiene marco de lectura alguno; la región que corresponde a las proteínas tempranas (E1 a E8) y la región que corresponde a las proteínas tardías (L1 y L2).

La proteína E6
 La proteí- na tiene un potencial oncogénico débil en algunas líneas celulares y coopera con E7 para la plena capacidad transformante e inmortalizante. La acción clave de E6 de los VPH de alto riesgo (E6 – AR) es inhibir la función de P53, una proteína supresora de tumores, mediante su degradación por la vía de la ubiquitina. Para ello E6 requiere a la proteína celular asociada a E6 (E6-AP). Esta proteína reemplaza a Mdm2, que en células normales no infectadas es quien degrada a P53 (Figura 4). Este cambio reduce dramáticamente la vida media de P53 (desde 3 horas hasta 20 minutos) y el nivel de proteína en las células de CaCu a menos de la mitad del nivel presente en las células normales. La mayoría de las proteínas E6 de los VPH de bajo riesgo (E6 – BR) no se unen a P53 o lo hacen débilmente y no lo degradan.

La proteína E7
E7 tiene la mayor capacidad transformante y actúa mediante la unión a proteínas celulares supresoras de tumores de la familia pRB, que a su vez interactúan con factores de transcripción de la familia E2F. La familia pRB controla la replicación celular. La unión de E7 a la forma activa de pRB conduce a la liberación de los factores de transcripción E2F independientemente de la presencia de factores de crecimiento externos, lo que promueve el progreso de la fase S del ciclo celular y por tanto la replicación celular

La proteína E5
La función principal de la proteína E5 es acomplejarse y sobre regular la actividad de los receptores de factores de crecimiento, como el del factor de crecimiento epidermal (EGFR) o el del crecimiento derivado de las plaquetas (PDGFR)



Cuadro Clínico
 1) Asintomáticas: CaCu in situ 100%, EC IA 70%, IB 35%, II 8%.
 2) Sintomáticas:
 Tempranos: Hiperpolimenorrea, dolor intermitente, leucorrea.
Tardios: Dolor referido al flanco, disuria, hematuria, ematoquezia o rectorragia, crecimiento abdominal, IRA/IRC, hemorragia masiva

Presentación clínica 
Las neoplasias preinvasivas y la invasión temprana pueden ser asintomáticas, por ello es necesario el tamizaje con evaluación citológica de endocérvix y exocérvix. Algunos síntomas que se pueden presentar son la molestia postcoital, sangrado intermenstrual o postmenopáusico, descarga vaginal con mal olor, dispareunia, dolor pélvico que puede ser ocasionado por contracciones uterinas causadas por la acumulación de sangre menstrual en pacientes con oclusión del canal endocervical. El sangrado crónico leve puede ocasionar anemia en algunas pacientes. Un sangrado mayor es raro, pero se puede presentar en estadios avanzados. Se puede presentar dolor pélvico y edema de extremidades inferiores por oclusión de linfáticos o trombosis venosa de la vena iliaca externa, en casos avanzados, así como problemas con la micción y defecación. Se pueden presentar síntomas relacionados con metástasis a distancia y constitucionales en enfermedad muy avanzada.

Diagnostico
La Secretaría de Salud en México en 2005 presentó la Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-014- SSA2-1994, para la prevención, detección, diagnóstico, tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del cáncer cervicouterino, aceptada y publicada en el Diario Oficial de la Federación en 2007. En esta modificación se definen algunos conceptos importantes como son:
Lesión escamosa intraepitelial de bajo grado (LEIBG): Incluye los cambios celulares asociados al efecto citopático de la infección por virus del papiloma humano (conocida como atipia coilocítica), restringida generalmente a las capas superficiales. Se incluye en estas lesiones a la displasia leve/NIC. 
Lesión escamosa intraepitelial de alto grado (LEIAG): Cambios celulares que abarcan dos tercios o más del espesor del epitelio escamoso. Corresponden a este tipo de lesiones las identificadas como displasia moderada, grave y cáncer in situ/NIC 2-3. 
Cáncer in situ: De acuerdo con la definición de la OMS, es una lesión en la que todo el epitelio o la mayor parte de él muestra el aspecto celular de carcinoma. No hay invasión del estroma subyacente. Cáncer microinvasor: Invasión del estroma cervical con una medida máxima de profundidad de 5 mm y una extensión horizontal máxima de 7 mm. 
Cáncer invasor: Cualquiera de las etapas de carcinoma invasivo, desde aquellos diagnosticados sólo por microscopio, hasta las lesiones de gran magnitud con invasión al estroma, extensión a todo el órgano, órganos adyacentes y propagación a órganos distantes. 
Estipulando que la prevención primaria y secundaria se llevará a cabo por medio de la vacunación y de la citología cervical, respectivamente, éstas serán gratuitas en las unidades médicas de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud. El diagnóstico presuntivo de cáncer cervicouterino se puede establecer por examen clínico, citología de cuello o colposcopia.

El diagnóstico definitivo se establece únicamente con el examen histopatológico por medio de biopsia dirigida o pieza quirúrgica. De acuerdo con esta norma, el CaCu se clasificará de a cuerdo con el cuadro II. La prevención primaria establece premisas de educación en salud para reducir conductas sexuales de alto riesgo e incluye el uso del condón, promoción de relaciones sexuales monogámicas y el uso de las vacunas profilácticas contra los VPH’s asociados más frecuentemente al cáncer cervicouterino. El uso, aplicación, dosis, indicaciones y periodicidad serán establecidos de acuerdo con la NOM-36-SSA2-2002. Los métodos de tamizaje para la detección oportuna de cáncer del cuello uterino son: Citología Cervical y Visualización Directa con Ácido Acético (sólo cuando no se cuente con infraestructura para realizar la citología cervical). Las pruebas biomoleculares como Captura de Híbridos y RPC (Reacción de la Polimerasa en Cadena), pueden ser utilizadas como complemento de la citología. El resultado citológico se reporta de acuerdo con el Sistema de Clasificación Bethesda, como se indica en el cuadro III. De acuerdo con la norma, las especificaciones establecidas para la realización de pruebas de tamizaje de detección oportuna son:
• Se realizará en todas las mujeres entre 25 a 64 años, en especial en aquellas con los factores de riesgo mencionados, así como a quien lo solicite independientemente de su edad
• Se debe localizar a las mujeres con muestra citoló- gica inadecuada para el diagnóstico en un lapso no mayor a cuatro semanas.
• En mujeres con dos citologías anuales consecutivas con resultado negativo a lesión intraepitelial o cáncer, se debe realizar la detección cada tres años.
• Cuando el resultado citológico reporte lesión intraepitelial o cáncer se debe informar a las pacientes que el resultado no es concluyente y que se requiere de un diagnóstico confirmatorio. Para ello se enviarán a una clínica de colposcopia. Cuando sean dadas de alta, se continuara con el manejo establecido.