Cáncer Cervicouterino
El cáncer cervicouterino (CaCu) es un problema de
salud pública, constituye la enfermedad neoplásica más
frecuente y mortal en la población femenina, siendo la
primera causa de muerte por neoplasias malignas en
el grupo de 25 a 64 años
FACTORES DE RIESGO PARA
CÁNCER DE CUELLO UTERINO
- Infección por VPH
El VPH es el principal factor de riesgo asociado
con cáncer de cuello uterino y sus precursores. En
la actualidad es considerado como virtualmente
necesario pero no suficiente como agente causal
El virus produce una infección selectiva del epitelio
de la piel y de la mucosa genital. Estas infecciones
pueden ser asintomáticas o estar asociadas con una
variedad de neoplasias benignas y malignas
Hasta hace algunos años había muy pocos estudios
de prevalencia y, menos aún, de la incidencia
de esta infección en poblaciones definidas. La
infección con VPH se asociaba principalmente
con verrugas vulgares y plantares, de frecuente
aparición en adultos jóvenes y niños. En adultos se
observaba en lesiones anogenitales por el condiloma
acuminado, una de las infecciones más comunes de
transmisión sexual. La infección por VPH en el
cuello uterino puede producir anormalidades en las
células escamosas que son detectadas más frecuentemente
por la prueba de tamizaje de Papanicolaou,
como coilocitos, aunque pueden recuperarse por
técnicas de biología molecular en biopsias, muestras
de citología, cepillado vulvar y hasta orina. La
mayoría de las infecciones genitales por VPH son
transmitidas por contacto sexual directo sin que
haya evidencia de lesiones. El hombre cursa como
portador asintomático.
- Características de la conducta sexual
- Número de compañeros sexuales. Existe una relación directamente proporcional entre el riesgo de lesión intraepitelial y el número de parejas sexuales. Esta exposición se ha relacionado básicamente con la probabilidad de exposición al VPH
- Edad del primer coito. El inicio temprano de las relaciones implica la aparición de múltiples compañeros sexuales, con el consiguiente riesgo dado por estas. Se ha demostrado también que en la adolescencia los tejidos cervicouterinos son más susceptibles a la acción de los carcinógenos, y de hecho, si existe un agente infeccioso relacionado, el tiempo de exposición a este será mucho mayor. El riesgo de lesión intraepitelial cuando el primer coito se tiene a los 17 años o menos es 2,4 veces mayor que cuando este se tiene a los 21 años
- Características del compañero sexual. Cada vez hay más datos que sugieren que una mujer puede correr mayor riesgo debido a las características de su compañero sexual, aunque no satisfaga las condiciones de relaciones sexuales precoces y múltiples compañeros; de hecho, la historia sexual de su compañero podría ser tan importante como la propia
- Enfermedades de transmisión sexual. Se ha demostrado la asociación de cáncer de cuello uterino con enfermedades de transmisión sexual tipo sífilis o blenorragia, así como historia de infección a repetición del aparato genital; sin embargo, no se ha demostrado relación con antecedentes de infección por Chlamydia trachomatis o herpes simplex.2
- Factores relacionados con la reproducción
- Paridad Se ha establecido que mujeres con dos o más hijos tienen un riesgo 80% mayor respecto de las nulíparas de presentar lesión intraepitelial; luego de cuatro hijos dicho riesgo se triplica, después de siete se cuadruplica y con doce aumenta en cinco veces.
- Edad del primer parto. Bosch demostró cómo la presencia de uno o más partos antes de los 22 años cuadruplica el riesgo de neoplasia del cuello uterino
- Partos vaginales. Las mujeres con uno o más partos vaginales tienen un riesgo 70% mayor de lesión intraepitelial, comparadas con aquellas que sólo tuvieron partos por cesárea. La razón para esta asociación es el traumatismo repetido del cuello en el momento del parto.
- Tabaquismo. Existe una relación directa entre el riesgo de lesiones preinvasoras y la duración e intensidad del hábito. En promedio se considera que las fumadoras tienen doble riesgo de lesión intraepitelial con respecto de las no fumadoras. Experimentalmente se ha demostrado la presencia de nicotina, cotinina y otros mutágenos derivados del tabaco, en mujeres fumadoras con lesión intraepitelial. Además, es bien conocido el daño molecular del ADN del tejido cervicouterino en mujeres que fuman. Como si fuera poco, se postula que el tabaco induce un efecto inmunosupresor local.
- Uso prolongado de anticonceptivos orales. La región larga de control, LCR por las siglas en inglés, en el genoma viral, contiene elementos de respuesta a glucocorticoides, inducibles por hormonas esteroidales como la progesterona (componente activo de los anticonceptivos orales) y la dexametasona. Estudios han reportado el uso de anticonceptivos orales y la alta positividad al DNA viral
El genoma del VPH consiste de una molécula de
DNA circular de doble cadena, aproximadamente
de 8 Kb. Se divide en tres regiones: la región larga
de control, LCR, que no contiene marco de lectura
alguno; la región que corresponde a las proteínas
tempranas (E1 a E8) y la región que corresponde a
las proteínas tardías (L1 y L2).
La proteína E6
La proteí-
na tiene un potencial oncogénico débil en algunas
líneas celulares y coopera con E7 para la plena capacidad
transformante e inmortalizante. La acción clave de E6 de los VPH de alto riesgo
(E6 – AR) es inhibir la función de P53, una proteína
supresora de tumores, mediante su degradación
por la vía de la ubiquitina. Para
ello E6 requiere a la proteína celular asociada a E6
(E6-AP). Esta proteína reemplaza a Mdm2, que en
células normales no infectadas es quien degrada a
P53 (Figura 4). Este cambio reduce dramáticamente
la vida media de P53 (desde 3 horas hasta 20
minutos) y el nivel de proteína en las células de
CaCu a menos de la mitad del nivel presente en las
células normales. La mayoría de las proteínas E6
de los VPH de bajo riesgo (E6 – BR) no se unen a
P53 o lo hacen débilmente y no lo degradan.
La proteína E7
E7 tiene la mayor capacidad transformante y actúa
mediante la unión a proteínas celulares supresoras
de tumores de la familia pRB, que a su vez interactúan
con factores de transcripción de la familia
E2F. La familia pRB controla la replicación celular. La unión de E7 a la forma activa de pRB conduce
a la liberación de los factores de transcripción
E2F independientemente de la presencia de factores
de crecimiento externos, lo que promueve el
progreso de la fase S del ciclo celular y por tanto
la replicación celular
La proteína E5
La función principal de la proteína E5 es acomplejarse
y sobre regular la actividad de los receptores
de factores de crecimiento, como el del factor de
crecimiento epidermal (EGFR) o el del crecimiento
derivado de las plaquetas (PDGFR)
Cuadro Clínico
1) Asintomáticas: CaCu in situ 100%, EC IA 70%, IB 35%, II 8%.
2) Sintomáticas:
Tempranos: Hiperpolimenorrea, dolor intermitente, leucorrea.
Tardios: Dolor referido al flanco, disuria, hematuria, ematoquezia
o rectorragia, crecimiento abdominal, IRA/IRC, hemorragia masiva
Presentación clínica
Las neoplasias preinvasivas y la invasión temprana
pueden ser asintomáticas, por ello es necesario el tamizaje
con evaluación citológica de endocérvix y exocérvix.
Algunos síntomas que se pueden presentar son
la molestia postcoital, sangrado intermenstrual o postmenopáusico,
descarga vaginal con mal olor, dispareunia,
dolor pélvico que puede ser ocasionado por contracciones
uterinas causadas por la acumulación de
sangre menstrual en pacientes con oclusión del canal endocervical. El sangrado crónico leve puede ocasionar
anemia en algunas pacientes. Un sangrado mayor
es raro, pero se puede presentar en estadios avanzados.
Se puede presentar dolor pélvico y edema de
extremidades inferiores por oclusión de linfáticos o
trombosis venosa de la vena iliaca externa, en casos
avanzados, así como problemas con la micción y defecación.
Se pueden presentar síntomas relacionados
con metástasis a distancia y constitucionales en enfermedad
muy avanzada.
Diagnostico
La Secretaría de Salud en México en 2005 presentó
la Modificación a la Norma Oficial Mexicana NOM-014-
SSA2-1994, para la prevención, detección, diagnóstico,
tratamiento, control y vigilancia epidemiológica del
cáncer cervicouterino, aceptada y publicada en el Diario
Oficial de la Federación en 2007. En esta modificación
se definen algunos conceptos importantes como
son:
Lesión escamosa intraepitelial de bajo grado
(LEIBG): Incluye los cambios celulares asociados al
efecto citopático de la infección por virus del papiloma
humano (conocida como atipia coilocítica), restringida
generalmente a las capas superficiales. Se incluye en
estas lesiones a la displasia leve/NIC.
Lesión escamosa intraepitelial de alto grado
(LEIAG): Cambios celulares que abarcan dos tercios o
más del espesor del epitelio escamoso. Corresponden
a este tipo de lesiones las identificadas como displasia
moderada, grave y cáncer in situ/NIC 2-3.
Cáncer in situ: De acuerdo con la definición de la
OMS, es una lesión en la que todo el epitelio o la mayor
parte de él muestra el aspecto celular de carcinoma.
No hay invasión del estroma subyacente.
Cáncer microinvasor: Invasión del estroma cervical
con una medida máxima de profundidad de 5 mm y
una extensión horizontal máxima de 7 mm.
Cáncer invasor: Cualquiera de las etapas de carcinoma
invasivo, desde aquellos diagnosticados sólo
por microscopio, hasta las lesiones de gran magnitud
con invasión al estroma, extensión a todo el órgano,
órganos adyacentes y propagación a órganos
distantes.
Estipulando que la prevención primaria y secundaria
se llevará a cabo por medio de la vacunación y de la
citología cervical, respectivamente, éstas serán gratuitas
en las unidades médicas de las instituciones públicas
del Sistema Nacional de Salud.
El diagnóstico presuntivo de cáncer cervicouterino
se puede establecer por examen clínico, citología de
cuello o colposcopia.
El diagnóstico definitivo se establece únicamente con
el examen histopatológico por medio de biopsia dirigida
o pieza quirúrgica.
De acuerdo con esta norma, el CaCu se clasificará
de a cuerdo con el cuadro II.
La prevención primaria establece premisas de educación
en salud para reducir conductas sexuales de
alto riesgo e incluye el uso del condón, promoción
de relaciones sexuales monogámicas y el uso de las
vacunas profilácticas contra los VPH’s asociados más
frecuentemente al cáncer cervicouterino. El uso, aplicación,
dosis, indicaciones y periodicidad serán establecidos
de acuerdo con la NOM-36-SSA2-2002.
Los métodos de tamizaje para la detección oportuna de
cáncer del cuello uterino son: Citología Cervical y Visualización Directa con Ácido Acético (sólo cuando no se cuente
con infraestructura para realizar la citología cervical). Las
pruebas biomoleculares como Captura de Híbridos y RPC
(Reacción de la Polimerasa en Cadena), pueden ser utilizadas
como complemento de la citología. El resultado citológico
se reporta de acuerdo con el Sistema de Clasificación
Bethesda, como se indica en el cuadro III.
De acuerdo con la norma, las especificaciones establecidas
para la realización de pruebas de tamizaje
de detección oportuna son:
• Se realizará en todas las mujeres entre 25 a 64 años,
en especial en aquellas con los factores de riesgo
mencionados, así como a quien lo solicite independientemente
de su edad
• Se debe localizar a las mujeres con muestra citoló-
gica inadecuada para el diagnóstico en un lapso no
mayor a cuatro semanas.• En mujeres con dos citologías anuales consecutivas con resultado negativo a lesión intraepitelial o cáncer, se debe realizar la detección cada tres años.
• Cuando el resultado citológico reporte lesión intraepitelial o cáncer se debe informar a las pacientes que el resultado no es concluyente y que se requiere de un diagnóstico confirmatorio. Para ello se enviarán a una clínica de colposcopia. Cuando sean dadas de alta, se continuara con el manejo establecido.
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